Desperté con sed de vos en el desierto que quedo en mi cama
intente beber esperanza de tus labios ausentes
recorrí la interminable meseta del colchón hacia el oeste buscando tu espalda
solo encontré los restos de tu sombra desdibujada en la pared
y lo que extraño es que me extrañes.
Los pliegos de las sabanas revueltas
me recuerdan viejas batallas nuestras que pensé ganadas
una tregua era el desayuno en la cama
la mas dura pelea quien lo preparaba
tomabas de rehenes a tus piernas, amenazabas con devolverlas
esas migajas de salvado son la prueba de que yo siempre perdía
y lo que necesito es que me necesites.
Las tardes de domingo sin vos son un constante suicidio
visito la costa para escuchar tu risa en el mar
llevo tu mate preparado por si a tu recuerdo se le antoja merendar
hablo con los perros de la calle buscando una explicación de tu huida
la colita de tu pelo que llevo mas que una demostración de amor
fue tu regalo de despedida en forma de pulsera
y solo olvido que seguro me olvidaste.
Me pierdo en el escote de tus vestidos colgados en el placard
en el bar le sirvo tu trago favorito a una silla vacía
bailo solo las canciones que me cantabas al oído
rendido llego a la noche después de pasar un día con tu ausencia
me pregunto que será de vos que no apareces en el centro de la espiral de mis sueños
y solo quiero que me quieras.
sábado, 21 de junio de 2008
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