Satán Claus anda por la ciudad
decepciona niños y da regalos
a los pecadores de turno
en estás fiestas
que sólo celebramos sobrevivir.
Dos hielos chocan felices
al caerles un nuevo ron,
los amantes bajo
sabanas manchadas
se apuñalan con mentiras
que ya no sé decir.
El happy hour
no sirve cianuro
pasada las 4 de la madrugada
pero te trajo a vos,
sonriendo en un vestido corto
más hermosa
que los fuegos artificiales
en una noche
que se suicidaba
sobre el mar
antes de salir el sol.
¿Qué tan real es tu alegría?
si te vas con otro
que no sabrá los secretos de tu cuerpo,
la próxima vez
que suene tres veces tu teléfono
ya no seré yo.
El agua moja
el cielo es azul
y Satán Claus
me trajo resaca
y olvido.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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