viernes, 16 de septiembre de 2011

La vida espera por vos

No pasa por amar
ser feliz
o volverse un héroe
esas palabras inalcanzables
vuelven a las personas miserables.
No interesa a que dios le rezás
que político vas a votar
o que diario leas
son en el fondo las mismas
luchas corruptas de poder.
No importa si optás por un psicólogo
una botella de whisky
o una pistola apuntando a la sien
al final tu cabeza
está podrida y jodida.
No sirve de nada creer en estadísticas
sacar conclusiones
o pagar las cuentas a tiempo
el mundo va a girar
sigás en él o no.
A pesar de todo sos único
tenés el potencial de una bomba
sos lo más importante en tu vida
vale la pena intentarlo todo
tomar los riesgos
ir en contra de las posibilidades
reirle a la muerte
romper todas las cadenas
vencer al menos un día
y al final
explotar
para que los dioses te admiren.

Cuando el techo se derrumbe estaré debajo de él

Estoy agotado sobre la cama
hace tres noches que casi no duermo
pasé de la resaca a la borrachera
y viceversa
no sé en que estado me encuentro ahora
las paredes ondulean
y mis manos se estiren a su voluntad
para intentar tocarlas.
Escucho agua de una lluvia muy cercana
pero no me estoy mojando
lo cual es bueno
me relajo con el ruido del agua caer
desnudo y transpirado
sin saber en dónde estoy o por qué.
Una chica envuelta en una toalla sale
por una puerta celes
¿vendrá del paraiso?
se ve muy bien
me sonríe al pasar
tiene esa forma de sacudir las piernas
como una gatita relajada
sabe que tiene cierta sensualidad y encanto
saca su lengua lentamente de su boca
la agita contra sus labios provocándome
-¿Seguís loco?- me pregunta
al ver las paredes cambiar de color
le digo que sí, preocupado, por si se cae el techo
que amaga con venirse contra mí.
Ella se cepilla el pelo una y otra vez
en la radio suena una balada que no sé cuál es
pero puedo cantarla impulsado por el momento
que transita cuadro por cuadro en mis ojos
mientras unos troncos falsos arden en el hogar.
La miro desde muchos lados en simultáneo
preguntándome por qué no es suficiente
con ninguna lo es
sonrío en silencio
admirando lo que no entiendo
acaricio sus muslos y le saco la toalla
buscando el misterio que esconde el sexo.
Sé que está imagen no se repetirá la mañana siguiente
ni la otra
y cuando el cielo se derrumbe
no habrá techo que me salve
ni mujer que me extrañe.