Me habían invitado a una lectura de poesía en un bar under, clima oscuro, literatos adolescentes que piensan que pueden cambiar al mundo, críticos sandwucheros y resentidas devenidas a feministas. Nunca me gustaron esas reuniones, pero la promesa de barra libre por ir a leer me convencía del todo.
Pedí un vodka con naranja y me mezcle entre la gente, Jorge Carrosano estaba leyendo unos poemas, vestido de negro, barba y boina, un cliché que se ve a menudo en estos lugares. Las mujeres lo miraban absortas y los hombres fruncían los rostros como pensando "que bien, que interesante lo que dice este pelotudo".
Pedí un nuevo vodka y se me acerco una morocha impactante, ojos negros, labios carnosos que hacen imposible a uno no pensar en lo que ella puede hacer con ellos y un escote de esos que me salvan la vida. "Podrías invitarme uno a mi Jua -dijo-, quizás borracha este tipo sea mas interesante". Al parecer ella había ido a varias lecturas mías y le gustaba mi modo de ver el mundo, algo que nunca entendí, a nadie le debería gustar como yo veo las cosas.
Tomamos juntos varios vasos, ella era muy interesante y yo ya estaba casi borracho, soportando, de esta manera, cualquier charla o lectura venidera de boludos como Carrosano. En eso, el poeta de cartón, recitó algo en una tonalidad lúgubre (hay que admitir que el idiota sabe interpretar y captar el público):
Mi tiempo en este circo se agota
la arena se escurre entre mis dedos
no hay libros que hablen de ti
Oh mujer que me has hecho
que la luna me rechaza
en mi llanto solo hay plegarias
y en esta noche desde mi ventana
"Te apuesto lo que quieras -dije- que ahora hablara de un cuervo"
"Acepto ¿Qué apostamos?" me dijo riendo, sabía que ambos ganaríamos en esta apuesta. "Tu casa o la mía después de la lectura" le contesté poniendo mi mano en su cintura.
Veo un sauce llorón deshojado
con 100 cuervos en sus ramas
que vienen por mí
la arena se escurre entre mis dedos
el tiempo no tiene sentido
sin ti.
Estallamos en risas los dos y la gente nos miró como si hubiésemos insultado en una iglesia ortodoxa, eso no tuvo importancia para mí y esta vez pedimos ron.
"Bueno parece que entre nosotros esta el famoso escritor Jua. Sube y léenos algo para deleitarnos por favor" dijo Carrosano, haciendo una reverencia, desafiante, irónico y algo ofendido por mi presencia y mi embriagada risa. A las feministas eso no les hizo nada de gracia, no tengo muchas groupies entre ellas "borracho de mierda", "sólo escribís de alcohol enfermo", "misógino asqueroso" y gritaron varias cosas más que no recuerdo. La morocha me miró "Ganaste la apuesta, ahora léeme algo y vamos a tu casa".
Es difícil enfrentarse con un público de mujeres hostiles, resentidas y feministas. Perdí la cuenta con cuantas así estuve, algunas me dejaron y otras tantas insulté. Subí al escenario e hice fondo blanco del vaso de ron, era mi forma de darle al público lo que realmente quería. Lo salude a Carrosano con una sonrisa y pude rescatar del caos que era mi mente una improvisada poesía:
Las luces tenues y el alcohol
crean el clima perfecto
para que se reúnan los más excéntricos literatos
las mujeres que al ser demasiado feas se vuelven feministas
y los depravados sociales, los psicópatas y los borrachos.
No soy misógino, amo las mujeres más que nada
no se que hubiese sido de mi sin ellas, las que me salvaron la vida
y las que me destruyeron y me dieron material para ser hoy lo que soy,
me las cojería a todas ustedes esta noche, pero son feministas y seguro no se depilan
me gritan borracho, mañana tendré resaca, seguro vomite
y el efecto se irá, ustedes son miserables las 24 hs del día
la falta de talento no se compensa con barba y boina
sigan con sus críticas a los que crean hasta la absurda mierda
si fuera por ustedes el mundo sería solo envidia.
Todavía hay Ángeles en este infierno
hoy mi ángel tiene los mejores labios que vi en años
y un escote en el cual voy a pasar el resto de la noche.
Hablen de ideales y de política
mientras afuera el mundo sigue en guerra
acuérdense una vez de los que si pelearon
de esos perros que nunca dejaron de morder
el viejo Rodolfo, Hemingway o el puto de Federico
por suerte a mi, no me importan una mierda.
Amén.
Decir que en el ambiente reino un silencio sepulcral sería caer en un lugar común, al ver los ojos del publico me di cuenta que querían matarme, arrancarme la piel y partirme la cabeza. Mi ángel vino corriendo y me beso enfrente de todos, sólo ella aplaudió, nos llevamos un botella de vodka y nos fuimos, entre miradas de resignación, odio e insultos por lo bajo.
3 comentarios:
Me encantoooooooooooo!! :D:D
Parece algo que le pasaría al personaje del libro El guardian entre el centeno.
Cuando va a los bares se pide alcohol, busca mujeres pero solo inteligentes,odia la hipocresía y las personas que simulan tener talento...
Creo que te va a gustar!
besos
Epa! dale dale, lo voy a leer por recomendacion tuya, asi que te hago responsable, justo estaba buscando algo para leer ya que me termine los libros en los que estaba.
Saludos equeña.
Almost, pero alcanza.
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