Tuvo arcadas, pero se controló. Sonó su telefono
-Hola
-Sos un hijo de mil puta!
-¿Quién habla?
-¿No sabés quién soy hijo de puta?
-¿Vero?
-Soy Carla, morite hijo de puta!
-Carla era la segunda opción..
Le colgó el teléfono, dió una calada al porro, y tomó los restos que quedaban en el fondo de un vaso, parecía whisky. Sonó nuevamente su teléfono.
-¿Vero?
-Hola te llamamos de Renault para contarte una oferta
-Para, para. Me estás ofreciendo un auto por teléfono?
-Sí¿usted es el señor Tomás Fredes?
-Sí, pero debo estar más borracho de lo que pensaba. ¡Un telemarketer de autos!
Colgó. Estaba mareado y fue al baño. Puso una mano contra la pared, para tener mejor equilibrio, y meó. Mientras lo hacía las arcadas volvieron, sentía que se le iría la vida misma por la boca si vomitaba. Logró controlarse, estaba trasnpirado y olía a basurero, mezclado con perfume de puta y alcohol barato. Se desnudó y se metió en la bañera. Estaba por abrir el grifo cuando notó que colgaban un corpiño y una tanga de Vero en la ducha, agarró ambas prendas y se las pusó en la nariz, aspiró hondo, ya no tenian ese profundo aroma de ella, se sintió desconsolado por un momento, casi avergonzado. Abrió la canilla de la caliente. El agua le pegaba en plenó rostro, aprovecho el momento para hacerse una paja, el sexo en la ducha siempre fue de sus preferidos.
Terminado el baño, la resaca no se calmó ni un poco. Se puso un jean gastado y una remera negra que parecía limpia.
Tenía hambre, puso una olla al fuego con agua para preparar fideos. Abrió la heladera, sacó una cerveza y se sirvió un vaso.
Prendió la radio, estaban sonando Los Rodriguez, se puso a tararear el tema pero no recordaba su nombre. Sonó otra vez el teléfono y corrió a atenderlo.
-¡Vero!¿Sos vos?
-¿Qué decis pelotudo?¿Ya estas en pedo? Soy Rodri.
-Ah Rod, disculpá, hoy es 23 viste, se cumple..
-Si ya sé, se cumple 1 año desde que Vero se fue con otro tipo.¡Se fue pelotudo! se pudrió de estar con vos. Porque sos un..
Colgó, no tenía ganas de escuchar al fracasado de su amigo diciendo que él también era un perdedor. El agua de la olla hirvio y se volcó apagando el fuego. Estaba oscureciendo y quedaban unas 4 cervezas en la heladera, seguramente llamaría a Carla a la noche, ella sabría entender, y si no, tampoco le importaba. Se sirvió otro vaso, prendió un cigarrillo, en la radio se esfumaba la canción mientras él la tarareaba..
Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque sé
que corro el riesgo de encontrarte;
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor;
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.